Después de pasar una década en Castil, con una breve interrupción para cumplir con mi servicio militar durante 18 meses en la base aérea de Villanubla. además del trabajo del campo, en el que hicimos el relevo total a mi padre entre los dos hermanos, y en el que me impliqué como mí único futuro, yo me preocupé de elevar mi nivel de conocimientos, hasta entonces escasos, escolares, culturales y, en lo que pude, aprender aquello necesario para la vida normal.
Solo y por mí cuenta, observando que era más receptivo a lo que leía y, en algunos casos, estudiaba, me dediqué con constancia a leer libros de literatura, de ciencia, de historia, y me esforcé en culminar con las matemáticas, materia a la que le había cogido una cierta aversión por no entenderlas. No logré el objetivo que me propuse solo. Me apunté a las clases que el maestro del momento D. Diego daba por las noches de invierno -dos horas, pagadas con una cuota- y ahí, además de estudiar, consultar y que ya entendía, logré adaptarme mucho mejor. Conseguí lo que no había logrado en tres años de seminario Y con los cinco maestros que tuve en mi periodo escolar de seis años. Con gran satisfacción vi una puerta abierta a mi futuro.
La primera oportunidad me llegó con el anuncio de una Escuela de Formación Profesional, que se ponía en marcha en la ciudad burgalesa de Aranda de Duero.
Lo solicité y entré en la segunda promoción. Enseguida comprobé que mi disposición era totalmente distinta a las experiencias que traía de atrás. Los estudios me gustaban, les entendía y, en algunos, hasta destacaba. Era tal el progreso personal que me estimulaba. Ni yo mismo comprendía que, quien solo unos años antes estaba entre “el pelotón de los torpes”, aquí se me consideraba a la cabeza de los destacados. No conseguí ser el primero por tener un alumno compañero que fue considerado “súper dotado”, pero en algunas asignaturas nos lo discutíamos. Fue muy curioso para mí que, las matemáticas antes odiadas y no entendidas, ahora las dominaba. Física y química las superaba hasta el punto que el profesor me pidió ayudase a los que iban más retrasados. Lo hice con paciencia y estimulado al verme reflejado en ellos cómo había sido solo unos pocos años antes. Comprendí y eso me gustó saber, lo ocurrido en mis años de estudios en escuelas y seminario. Observé que mi memoria era privilegiada. Una de las asignaturas de la época en esa Escuela sufragada por organismo estatal, era “Organización del Estado”. Ahí la memoria era elemental para dar una prueba de sobresaliente, y yo lo podía hacer ya. En Química sucedía otro tanto. Esas escuelas eran el equivalente de lo que ha sido en la segunda década del siglo XXI las Subvenciones para la Formación para el Empleo; con la diferencia de que en estas se han hecho desvíos de los dineros poco ejemplar y muy censurable. En aquellos estudios que muchos nos inclinamos por profesiones agrícolas, TODOS los que pasamos por ellas encontramos acomodo profesional de inmediato.
En resumen:
Que pude ser el segundo de la clase, el mucho empeño y sacrificio que yo mismo me había puesto y, por qué no decirlo, hasta los 13 años mi memoria, inteligencia y capacidad de comprensión fue muy baja porque mi desarrollo en esos campos no había culminado y no se trabajó en consecuencia.
Yo, que pretendo que mis comentarios sean didácticos e instructivos, quiero que esto se vea por los jóvenes del siglo XXI como motivo de reflexión y estímulo para que se aplique en su actitud.
Que no se decepcionen si en los inicios no logran alcanzar éxitos. Con constancia y trabajo puedo mostrarlos que llegan. No veo yo adecuado culpar solo la mala educación actual, al sector profesional, ni a la falta de medios económicos, también hay que ver la voluntad de trabajo de los docentes.
Cuando en mi situación actual, con edad muy avanzada, alguien me pregunta ¿por qué te conservas así? solo en el aspecto mental, mi respuesta es, “porque mi memoria e inteligencia tienen 13 años menos que yo”, por eso no le siguen el ritmo otras de mis facultades físicas y corporales, que me fallan como a todo el mundo. La memoria por el contrario me juega malas pasadas, me hace recordar cosas de muy allá, que prefería tener olvidadas: las muchas cosas que de jóvenes se hacían y, con la responsabilidad de los años, preferías no haber hecho o no recordarlas. Aunque yo no fui de los mas alocados.
Mi superioridad en el curso siempre la percibí de los compañeros pero nunca me lo habían manifestado. Esperaron a que en 1985 un gran grupo de ex alumnos celebrásemos los 25 años del final de los estudios: Lo hicimos en Valladolid acompañados de las esposas y del director de la Escuela de nuestra época. En un momento oportuno fue cuando aprovecharon para decir a la esposa de cada cual las aventuras, fallos o errores de alumno, a la mía la dijeron: “¿sabes que Paco siempre estuvo en la cabeza de la lista de los más destacados?” “Pero todo fue por la “pelota” que le hacía al profesor D. Demetrio, que le tenía “como su ojito derecho”. Primero: aquello no me lo habían manifestado así ¡nunca! y segundo: podría decir que la pelota me la hacía él a mí, que me utilizaba en momentos que a él le interesaban o convenían.
Me gustaría contar con más detalle, cuando llegados de una excursión a la gran finca de La Ventosilla, -Burgos- donde dedicamos gran parte del día, viendo los enormes equipos de maquinaria agrícola muy avanzada, y su gran cabaña de vacuno, ovino y demás animales que completaban la magnitud de la explotación agro-ganadera. Era el objetivo de la visita, coincidente con nuestros estudios. Al regreso el cansancio era más que evidente, por lo que nadie pensó que pudiéramos tener clase, ni siquiera la directiva del centro, era tarde y todos cansados, la forzó el citado profesor, haciendo llamar uno por uno a todos los alumnos, previendo el fracaso de esa clase forzada por él, me mandó me pusiera ante el encerado y me tuvo todo el tiempo que duró la citada clase, -dos horas-, obligándome a una demostración en química, dándome el nombre de productos para señalar yo sus fórmulas correspondientes y a la inversa, dándome él las fórmulas. El primer sorprendido fui yo, al observar que no tuve a penas fallos; todos los que no se durmieron, o siguieron en la siesta, de dónde veníamos, me lo reconocieron. D. Demetrio salvó la cara de su empeño absurdo, caprichoso e inoportuno. Mas detalles mostrarían que eso era para lo que contaban sus preferencias conmigo, por lo que yo no podía agradecer esa especial consideración, sino al contrario.
Esta es la consecuencia que espero saquéis de este relato, aunque privado creo que aleccionador. Una vez superado el tiempo en el que mi capacidad no alcanzaba los objetivos que me proponían para el estudio, puse todo el empeño, sacrificio y constancia para dar un vuelco total a mi vida que ahora en mi vejez os puedo mostrar, espero reconozcáis que ¡no puedo presumir de ello!, pero SÍ “que os lo apliquéis en lo que proceda, y de aquello que podáis sacar algún provecho.

Francisco Delgado Sahagún

adminit
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  • fradesa@ono.com'
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    Conviene saber:El profesor de asignaturas como, matemáticas, física, química y otras, era un sabio reconocido, pero también soberbio y engreído, le tenía manía al alumno destacado. Consideré mejor mostrarme con él, sumiso y obediente, eso hizo que me diese alguna preferencia, que no le agradecí, resultaba muy incómodo, pues me llevaba muy bien con el alumno que él menospreciaba. El examen final, se hizo con Representante del Ministerio de Madrid, que al terminar entregaba los Títulos. Cuando le tocó al alumno destacado, que pasó el último, el citado profesor le hizo preguntas capciosas, con ánimo de ponerle en ridículo, que se volvió contra él, pues el alumno indignado hizo un relato de todos los abusos que habían recibido él y otros alumnos durante el curso.
    El Tribunal y quien lo presidía le escucharon con mucha atención, lo que indignó al profesor por que nadie le defendiera. Al final del examen se quiso aliviar con una botella de whisky que le puso en un estado lamentable. Todos felicitamos al alumno que le hizo ver que «no era el dios que se creía». Algo parecido tuve que hacer yo 40 años después con los directivos de mi empresa, Organismo del Estado, que actuando contra mí, con soberbia, tozudez, e incompetencia, intentaron de forma caprichosa, ridiculizarme. En este caso tuve el aval de una Sentencia del Tribunal Supremo. Con inhabilitaciones y ceses para quienes lo intentaron. Está recogido en esta web. Ambos alumnos de aquellos cursos mostramos que «EL SUPERIOR Y PODEROSO NO SIEMPRE TIENE RAZÓN».

  • tamapotes@gmail.es'
    M Ángeles de Benito
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    Después de leer tus capítulos 42 y 43 tengo que decirte Paco que en una cosa estoy en desacuerdo contigo. No creo en absoluto en esas limitaciones intelectuales que ,según tú ,.tenías de niño. Opino que nada florece si no se cuida y alimenta adecuadamente.
    Los niños, antes y ahora, son esponjas, siempre ansiosas de empaparse de todo lo que se les ofrece. Claro que sí se les arrincona y limita, sin estímulos ni ejemplos, es probable que sus capacidades se retraigan e incluso en ocasiones hasta se anulen.
    Estoy convencida de que la mayor forma de generar inútiles es convencer a quien no lo es de serlo.
    La manifestación de confianza siempre creo triunfadores.
    Tú eres un ejemplo a seguir, de resistencia, de coraje y autodeterminacion, ya que evidentemente careciste de estímulos positivos.
    Las limitaciones y carencias en la enseñanza qué tan magistralmente narras, tú penoso y condicionado peregrinar ,en tan tierna edad, los frenos a los que tú»buena educación»te llevaron a sufrir y aguantar, con ejemplar disciplina…
    En fin todo ello, tal vez lleven a quiénes le han tus relatos a superar sus circunstancias y supuestas limitaciones.ves comprendan que una cárcel no es tal si uno mismo no se empeña en cerrar su propia puerta. Que el esfuerzo y la tenacidad siempre tienen su recompensa.
    no hay mayor peligro en la vida que el de llegar al autoconvencimiento de valer tampoco cómo se nos dice. Mi mayor éxito que el de demostrar y demostrarnos que ese es capaz de llegar a donde nadie pensó me creyó.
    Tú lo hiciste Paco y por ello te admiro y te respeto.
    Un abrazo

  • anamaria1914@hotmail.es'
    Ana Maria
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    Buenos días M.Angeles de Benito….

    Mucho me ha gustado leer su respuesta, pues estoy completamente de acuerdo en que muchas inteligencias se estropean por no ser reconocidas, y valoradas…..muchas personas se estropean por no ser bien llevadas ya desde la infancia….

    Un gran saludo

  • anamaria1914@hotmail.es'
    Ana Maria
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    Hola Paco, buen domingo y buenos días¡¡¡

    Mucho has luchado y, pocas cosas te han regalado, suerte has tenido de tu tesón y ganas de saber……si no todo lo que sabes y todo lo que transmites hubiesa quedado en saco roto¡¡
    Cuantas personas son destruidas por no saberlas valorar…..y, todo lo que muy bien dice M.Angeles y que no repito es más que cierto…….ya desde la infancia es cuando se tiene que saber valorar lo que es un niño….que luego llegará a ser persona……suerte has tenido de tu tenacidad y de las ganas de crecer…….por lo que, mi más sincera enhorabuena de lo que has podido conseguir en la vida…………ojalá los que te vienen detrás sepan valorar y aprender, aunque estas cosas, todas, tienen que salir de uno.

    Un abrazo¡¡¡¡

    • tamapotes@gmail.es'
      M Ángeles de Benito
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      Ese es un convencimiento que siempre he tenido. Por ser mujer me he considerado infravalorada en mis capacidades intelectuales.
      Es por ello por lo que en lo referente a mis hijos e intentado inculcarles que la propia autoestima es vital para alcanzar los logros que nos proponemos.
      Celebro muchísimo coincidir con tu opinión.
      Un saludo.

  • jlrodriguez@ava.es'
    José Luis Rodríguez
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    Hola Paco. Menudo periplo por la educación española de postguerra. En cierta medida describes muchos de los aspectos más llamativos de la educación de la época en el ámbito rural. Una educación basada en la memorización y en la disciplina. En muchos casos había que recurrir a clases particulares para poder aprender algo. Y muchos también salieron adelante gracias al empeño personal y al de sus familias que buscando una educación mejor acabaron llevando a sus hijos a alguno de los muchos internados católicos que había entonces. Y además está la experiencia particular de cada uno, esa maduración personal que a veces es como un salto adelante. A unos les llega antes y a otros después. Siempre ha habido gente a los que les costó sacar adelante los estudios primarios pero luego consiguieron sacar unos estudios superiores con brillantez. Y también al revés: hubo algunos que destacaron en la escuela pero luego no tuvieron acierto en las etapas posteriores. Aunque, entre medias, el esfuerzo y el trabajo siempre obtienen recompensas, enormemente facilitadas si tienes la suerte de encontrarte con buenos maestros y profesores que sepan motivarte y ayudarte a dar ese salto a la madurez.

  • anamaria1914@hotmail.es'
    Ana Maria
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    …Peor es que la infravaloración ya venga desde el propio entorno……viendo que encima la mesa se pone más comida en el plato del género masculino que del femenino……..y, cuando se ha preguntado del porque de aquel comportamiento, ..la respuesta haya sido que….los hombres tienen que comer más que las mujeres…….esto, nadie me lo ha contado pues….lo he vivido…….habiendo de soportar luego en el transcurso de la vida, que la inteligencia, ha procedido siempre mucho más del lado femenino……la educación no solo ha venido mal por parte de lo enseñado, si no por parte del mismo entorno que no ha sabido proceder en el trato de la infancia que han tenido en sus manos…….
    …Saludos¡¡

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