Castil de Vela y la Segunda Guerra Mundial
Teresa Casquete Rodríguez
Hacía escasos meses que la Guerra Civil del 36 había acabado en España, cuando comenzó un conflicto armado mucho mayor que después se conocería como Segunda Guerra Mundial. Nuestra nación, por razones que aquí no trataremos, no tomó parte en aquel enfrentamiento, aunque sí lo hicieron a título individual algunos españoles, así como personajes con vínculos directos con España. De éstos últimos traemos hoy un ejemplo vinculado con Castil de Vela.
Julio Melgar López era hijo de dos castileños, Lorenzo Melgar Romo y María López, que emigraron a los EEUU en 1919 para trabajar en las oficinas de una refinería de petróleo. Residieron durante varias décadas en Nueva York y allí nacieron sus dos hijos. En concreto el protagonista de este reportaje vino al mundo en Brooklyn, el 4 de julio de 1922, precisamente el día de la fiesta nacional de los USA que allí se conoce como Independence Day.
Se encontraba Julio estudiando Ingeniería Aeronáutica en la Universidad de Detroit cuando su país natal entró a tomar parte activa en la Guerra. Se alistó como voluntario y fue destinado al Batallón de Armas Automáticas, en el Escuadrón 61 de la Fuerza Aérea norteamericana. Participó en varias acciones en el Frente del Pacífico, siendo herido de gravedad en una de ellas y por causa de las heridas pasó los 14 meses finales de la Guerra en el Hospital Militar instalado en las Islas Filipinas. Recibió por ello la condecoración del Purple Heart (Corazón Púrpura).
A su regreso del frente, terminó sus estudios de ingeniería comenzando a trabajar en varias empresas relacionadas con el transporte aéreo. Fallecido ya Lorenzo, su padre, Julio trasladó su residencia junto a su madre y su hermana Consuelo “Connie” a Dallas (Texas) para trabajar en Fort Worth en varias empresas relacionadas con la NASA y como Ingeniero Jefe en la Federal Aviation Administration (la Oficina Federal de la Administración Aérea).
Gran amante de la música clásica, perteneció al “Fort Worth Opera Guild” y la “Dallas Opera Guild”. También fue miembro de la “Common Cause Disabled American Veterans”, así como de otras asociaciones profesionales como la “American Society of Mechanical Engineers”, la “Federal Business Assotiation”, la “Profesional Society Protective Design”, la “Refrigerating and Air Conditioning Engineers”, la “American Society Heating” y la “National Society Professional Engineers”.
También tomó parte activa en la política nacional norteamericana como afiliado al Republican Party (Partido Republicano), apoyando la campaña presidencial de Richard Nixon en 1968.
Falleció en Dallas en 2011, siendo enterrado junto a sus familiares en el Calvary Hill Cemetery de Dallas.
Fue siempre un hombre de gran generosidad y amabilidad, además de profundas convicciones religiosas. Visitó el pueblo natal de sus padres Castil de Vela, en dos ocasiones durante los años 60. En ambos viajes tuvo la oportunidad de encontrarse con los familiares que residían en Madrid y en el propio Castil. Todos ellos guardan numerosos recuerdos de aquel evento en forma de fotografías y regalos entregados por sus primos americanos.
Julio perteneció a la conocida familia Melgar, un linaje familiar ampliamente vinculado con Castil de Vela, donde residían al menos desde el siglo XVII. Su padre Lorenzo, era hijo de Darío Melgar San Juan y de Gregoria Romo Agúndez y nieto de Lorenzo Melgar Gutiérrez y Úrsula San Juan, natural ésta de Tamariz de Campos.
Lorenzo Melgar Romo tuvo numerosos hermanos y de entre ellos destacan Lope Melgar, casado con Vicenta Rodríguez Arias, con quien tuvo dos hijos: Manuel y Gregoria. Falleció en Madrid en 1951, ciudad en la que residía y regentaba un negocio de comestibles. También Zacarías Melgar, que permaneció en Castil y tuvo por hijos a Vicenta, Francisca “Paca” y Darío Melgar Mañueco. Otra de sus hermanas fue Leonarda Melgar Romo, casada con Rogelio Santos Ramos, que fueron padres de Ángela, Pedro Crisólogo y Gregoria, que a su vez casó con Gonzalo Rodríguez García, ambos abuelos maternos de la autora.
Abundio, Máxima, Concepción y Dorotea fueron también hermanos de Lorenzo Melgar Romo.
Para finalizar recordaremos que de esta rama de los Melgar de Castil de Vela también es descendiente el ex Fiscal General del Estado, el palentino Julián Sánchez Melgar. Así como varias personas con éste apellido que residen hoy en Argentina.
Seremos generosos y agradecidos con los originarios de nuestro pueblo y orgullosos de sus hazañas allá donde las llevaron a cabo y donde ahora vivan. ¡Que Dios les bendiga!
Cuando el pasado día 6 de junio de 2019, en las costas y playas francesas de Normandía, se celebraba o conmemoraba el 75 aniversario del Desembarco de Normandía del 6-6-de 1944, hubo una concentración de autoridades, Presidentes de Europa y del Presidente de EE.UU. El extraordinario acontecimiento dio lugar a que se hicieran comentarios y exaltaciones de todo tipo. La prensa, radio y TVs, ampliaron sus ofertas informativas al respecto.
Yo que en el inicio no le puse ninguna atención, cuando observé que hacían referencia a un único español interviniente y a este le situaban de procedencia de Castil de Vela,-Palencia- por ser americano descendiente de emigrantes llegados de España, poco tiempo atrás, encendió en mi la luz del interés personal de un paisano de origen. Esto me llevo a informarme mejor para hacer un relato de los hechos, simultáneamente me apareció una prima residente en Reino Unido que conocía todos los pasos dados por él, sus padres, abuelos y otros pertenecientes a las familias Melgar y López, Romo, Agundez, Gutiérrez, Mañueco, etc,etc. Todos de Castil. Puesto en esta situación de investigación y después de divulgación, empecé a leer lo mucho que aparecía referido al español que actuó en el desembarco, aquí me llegaron aclaraciones que quiero hacer, pero también y mejor, hacer una referencia exacta referida a Julio Melgar López. En este caso tuve el generoso ofrecimiento que mucho he agradecido de que fuera su prima la que escribiera el relato, que encabeza esta explicación de hechos de guerra, de la primera consecuencia que se saca es que ¡No estuvo en el desembarco propiamente dicho, pero sí en otros actos de esa Guerra, en Europa y en el Indico en Japón!. Fue participante con los Marines Corps. Dos pruebas son, 14 meses ingresado en un Hospital por herido de guerra y ser condecorado con la Cruz de Púrpura. Aclarada su intervención, paso a reconocer la actuación de otros dos españoles, nacidos en España y que uno intervino desde el minuto UNO en el desembarco en Normandía, era el gallego Manuel Otero Martínez, al que se le puede señalar como el único español que murió durante el desembarco, es más, parece ser murió al pisar una mina en los primeros minutos del desembarco, ya que lo hizo en un extremo de la playa y tuvo que recorrerla toda para encontrar cobijo, no llegó a él. Se da la curiosa circunstancia que Manuel Otero se alistó al ejército estadounidense para conseguir la nacionalidad, dado que llegaba de España exilado, procedía de los ejércitos republicanos después de la guerra civil, buscaban acomodo en algún país, dice lo consiguió en seis meses alistándose. Lo curioso es que el alistamiento lo hizo en la ciudad de New York lo mismo y en el mismo lugar que Julio Melgar que procedía de centros académicos estadounidenses, señalados en el relato de la prima, no sabemos si fue simultáneamente. Manuel Otero Martínez, nació en Serra de Outes, La Coruña el día 29-abril de 1916. Los que fueron desde EE.UU. al Indico y Japón a esa parte de la II Guerra Mundial, lo hicieron el 1941, años antes del Desembarco que fue ese el principio del fin de la misma guerra. Fue enterrado en el cementerio San Lorenzo de Normandía y una década después su padre gestionó con el embajador para conseguir traer el cadáver de su hijo al cementerio de su pueblo donde reposan ahora los restos, en Serra de Outes.
El tercer español, que sí ha tenido el reconocimiento de haber engañado a Adolf Hitler y su ejército, teniendo mucha repercusión para su final fue: Joan Pujol García,-Garbo- apodo por el que se le conocía. Nació en Barcelona el 1912, este hizo de espía doble y parece que con éxito, terminada la guerra se casó y se fue a Venezuela- Caracas, pasado tiempo se separó de la esposa que regresó con los hijos a España y él se quedó formando otra pareja con la que ha continuado en Caracas. No se tiene conocimiento de su final, pero dado que desde su nacimiento han pasado 107 años, hay que suponerle ya que no se ha conocido más de él, ni en otro lugar que no fuera Caracas.
Hay que concluir que después de seis siglos del descubrimiento de América, los españoles siguen dando muestras que son generosos y entregados a las acciones de ofrecerse para cualquier empresa solidaria y aquí tenemos estos tres buenos ejemplos. Brindo a quienes lean este relato a sentirnos formando parte de esta raza de españoles generosos y orgullosos de sus conciudadanos, alabando sus comportamientos y haciendo imitación de los mismos.
Este comentario le hago para que quienes lean este relato comprendan y conozcan todo su contenido y sepan quién es la prima de Julio Melgar López, que firma su artículo con sus apellidos originales, es la misma que en sus escritos de comentarios en F B, lo hace por su condición de residente en Inglaterra en la ciudad de Rochester y la tradición anglosajona le aconseja utilizar el apellido de su esposo y por ello firma “Teresa Brighouse”, esa es la razón de la diferencia.
Siendo Teresa de Medina de Rioseco -Valladoliod-, pero su madre y antecesores maternos del pueblo de Palencia, Castil de Vela, es conocedora de los familiares que emigraron a EE.UU y Argentina, además de nieta de Gonzalo Rodríguez que también he de aclarar que ese fue el guarnicionero que confeccionó aperos de labranza durante décadas, para todos los vecinos en Castil y de los pueblos próximos.
En los años 50 del siglo pasado, había en Castil, herrero y herrador, Sr. Daniel con sus hijos Demetrio y Baltasar. Había panadero Sr. Laurentino, con sus hijos Erenio y Eladio, que repartían también pan en Belmonte. Había modista, “La Trini” a la que venían hacerse vestidos de otros pueblos, por valorada y reconocida. De zapatero que atendía Castil el Sr. Pepe de Capillas que iba todos los domingos con la burra a recoger encargos y entregar arreglos hechos. El cartero el Sr. Ricardo de Belmonte, que sin perder un solo día repartía el correo y la prensa en Castil y Belmonte, haciendo el recorrido en bicicleta. La única profesión no compartida de cada pueblo era la del sacerdote, por ser el límite de dos diócesis, Palencia y Valladolid. Hoy todas aquellas profesiones y algunas más que no me extiendo en citar, han desaparecido. Los que las conocimos las valoramos y recordamos con nostalgia y agradecimiento.
Paco. Me ha encantado tu documentado relato. Yo también vi algunos de los actos y homenajes que se televisaron sobre el desembarco de Normandía. Pero no estuve tan atenta como tú.
Agradezco enormemente el que hayas compartido estos hallazgos, y conocer así de la valía, coraje y determinación de estos españoles .De no ser por tu interés ,tenacidad y determinación nunca hubiera sabido de ellos.
Gracias Paco
Hola Paco.
Buenos castileños y terracampinos en general ha dado siempre esta tierra, repartidos hoy por todo el mundo. Por algo formamos parte de esa España «vacía» («vaciada», mejor dicho)