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  • fradesa33@gmail.com'
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    En este nº 31, donde también vuelvo a comentar el enorme calor que sufríamos en aquellos años, que se vivía en el campo sin resguardo del sol asfixiante que teníamos que aguantar. Me encuentro que repito lo que era el «icono» de ese aguante al calor y también al frio que sabía resistir «un pastor que no bebía agua en todo el día», ni siquiera le llevaba en sus provisiones. Hay un dato que caracteriza las dos épocas. En aquella se permanecía vestido, incluso con exceso como muestro en el otro caso, «con traje de pana», o cuando había que atropar la mies, que había que reforzar esa cubrición del cuerpo. Ahora se muestra gran parte de la superficie de la piel de la epidermis. En el caso de las mujeres, no para labores en el campo, sino como recreo y diversión, solo cubren una parte diminuta de su físico. ¿Será ahí donde está el origen de aquella resistencia al calor? No recuerdo ninguna noticia que avisara de accidentado por esa causa. Este relato está expuesto en mi web, tal como fue publicado por la revista. ¿Sería esta la cusa de la repetición del caso del pastor? ¿ ¿o que es un «icono» y paradigmático?

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