REFRANES DE SAN ANTÓN, en Castil de Vela II

Siguiendo con los “refranes” que se “echaban” a principios del siglo pasado el día de San Antón (17 de enero) y de los que ya se publicó uno en la revista LA SOLANA en su número 14 del mes de Julio 1998, hoy les voy a trasmitir el que hizo y echó Emilio Gutiérrez Herrero.
Es necesario para su exacta consideración decir, que este señor fue considerado en toda su vida por su condición de bajo de talla, lo que obligó, ya que había un familiar con el mismo nombre y apellido, a conocerle como “el pequeño”; imagino cómo sería a la escasa edad a la que recitó el refrán. El texto que yo conservo está firmado por Epifanio Espeso en Santander el 27 de mayo de 1920, parece que este fue su autor; pero el refrán debió ser recitado varios años antes ya que en esa fecha el citado Emilio Gutiérrez ya contaba con 37 años. Creo que lo proclamó por los años 1896 – 1897, cuando él solo tenía 13 ó 14 años.
Este refrán dice así:

Soy muy joven, soy muy niño,
pero sin embargo yo,
pienso donde piensa un hombre
que ha cumplido treinta y dos.
Pienso en casarme señores
y aun que crean que es locura,
ya lo dejo yo a elección
de la sobrina del cura.
Algo más maja es que yo,
pero ayer precisamente,
me dio palabra de honor
de quererme eternamente.
¡Benditos sean tus carrillos!
no cambies de parecer,
que yo por ti estoy dispuesto
a ir a Roma y volver.

A las amigas que tienes
no las quiero despreciar,
pero donde esté Teresa
que se quiten las demás.
Pero mi padre me dice,
que soy joven todavía
y que deje de pensar
semejantes tonterías.
Pero una novia como esa
cuando a uno llega a chalarle,
eso yo que lo he pasado,
no lo contiene su padre.
¡Adiós! San Antón Bendito,
hasta el año venidero,
que lo probable será
que no esté mozo soltero.

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