Relato del hecho que me hace estar muy agradecido a
D. JULIO CESAR RODRIGO DE SANTIAGO.
Era el 30 de abril de 1987, unos dolores abdominales, me hicieron acudir al médico de familia, el cual me señaló que si con la medicación que me daba no remitían, acudiera a urgencias al hospital.
Llegada la tarde sin que aquello cesara, mas bien al contrario aumentaba, acudí al centro sanitario, donde después de una larga espera, como era casi habitual, me observaron y vieron que era una “apendicitis”, que por el tiempo trascurrido era preciso operar DE URGENCIA.
No estando en condiciones de ser admitido allí, por falta de espacio o camas, me dieron pase a la Clínica San Francisco, para mayor rapidez me enviaron con un taxi, por lo que fui admitido de inmediato, pero esto sucedía a las 12 DE LA NOCHE, de ese 30 de abril de 1987.
La médica de guardia, me tomo las notas pertinentes y me pasó a una habitación, donde me acosté, Y EN TODA LA NOCHE NO SE VOLVIERON A PREOCUPAR DE MI. A mi esposa la mandaron para casa, ya que teníamos niños que atender, y que volviera al día siguiente. Cuando regresó a las 8 de la mañana y verme en la cama sin que me hubieran hecho nada, nos alarmó.
El Dr. Rodrigo de Santiago, no llegó hasta las 12 del medio día, había estado en unos actos políticos con motivo del 1 de MAYO, al verle, le mostré mi queja de no haber sido atendido a pesar de la urgencia con que me mandaron allí, me respondió, “veremos que tiene”, no hizo mas que auscultarme, y vi que se alarmó, y dijo, “ahora mismo le pasamos al quirófano”, así se hizo, y conmigo estuvo VARIAS HORAS, solucionando lo que la desidia y el abandono de la médica de guardia provocó. Esto se iniciaba a las 13 horas del dio 1 de MAYO DE 1987.
A mi esposa y a un hijo que estaban allí en la sala de espera, les habló al finalizar la operación diciendo: “Veremos que podemos hacer, la cosa es muy complicada, pero esperemos solucionarlo”,… En ese momento ya sabian que se había provocado por el retraso una “peritonitis alarmante, por el estado de descomposición, y esparcida ya por todo el interior del cuerpo”, la situación era alarmante y preocupaba, pues la posibilidad de recuperación era muy baja.
Ese día a pesar de ser fiesta, me visitó 8 VECES EN LA UCI donde estaba, le observaba muy preocupado, una vez que me pasó la anestesia, me dieron antibióticos en cantidades industriales, la infección era mas que previsible, casi segura, pero había que intentar no se produjera.
La misma actuación de visitas, antibióticos y calmantes los tuve el día siguiente, 2 de mayo. Y fue el día 3, cuando pudo comprobar por las informaciones que yo le daba de mi estado y reacciones, cuando vio que el mal momento había pasado, y ya me pudo decir: “Francisco, esto está ya solucionado, está mejorando”,….. no pude menos de responderle, por que así lo pensé.
“Sí, Vd. lo ha solucionado, pero la dejadez y el abandono de la médica de guardia me puso en la lista para ir al cementerio”, “Tranquilo no se preocupe ahora de eso”, me respondió.
En los días posteriores, y durante las curas, volví a repetirle, “siempre se dice de una persona que a uno le ha hecho algo bueno y crucial en la vida, se le presenta como: “Este me salvó la vida”,.… “sepa que para mí, ese será Vd, en lo que me resta de vida”.
Pues ahora, en el momento de su muerte, quiero hacerlo presente a su familia, y decirle la razón por la que …
¡¡¡¡¡¡¡¡ LE ESTOY MUY, MUY AGRADECIDO!!!!!!
De bien nacido es ser agradecido Paco¡¡¡……….ya lo creo que sí, pero por la dejadez y la negligencia de los médicos,…….en estos momentos, podrias no estar escribiendo tampoco.
Bien hecho el contarlo, estas cosas, se tienen que saber…….tanto en lo bueno, como en lo malo¡¡
Tú experiencia demuestra que no pasaremos al otro mundo hasta que llegue el momento que, sin duda, tenemos destinado. Y ni siquiera la dejadez, la desidia y falta de profesionalidad y humanidad de algunos, evita que algún Ángel de la Guarda nos rescate y logré mantenernos en este mundo, en el que, evidentemente, estamos de paso
Mª Angeles: Debo aclararte ya, que si en el trascurso de mi vida he recibido protecciones manifiestas, en esta ocasión, que no pude dormir angustiado, lo dedique en rezar a mi benefactor San José, por ello atribuí al médico y San José el resultado, cierto lo que sorpechas.
La fe y la confianza es una gran fuerza